POR: Psic. Esther Sigala
El divorcio es la consecuencia de la decisión acordada entre dos cónyuges o tan solo la voluntad de uno de ellos, según corresponda el caso de disolver el vínculo matrimonial por las diferencias irreconciliables que se suscitaron en la pareja.
Cuando se da la separación muchas veces los padres lo hacen sin pensar realmente en lo que sienten los hijos, ellos son adultos independientes, ya razonan, piensan y no necesitan a nadie para sobrevivir, se dividen los bienes materiales, casa, carros, muebles, cuentas bancarias y en ocasiones hasta a los hijos.
En el caso de los padres, perdieron un bien material que pueden recuperar, o reemplazar; pero en el caso de un hijo que pierde a uno de los padres, y eso no lo vuelve a recuperar, le hace falta la parte que se fue y a lo largo de su vida les falta la pieza del rompecabezas ( que forma una familia completa, su familia).
En un divorcio la situación de rompimiento trae como consecuencia la ruptura de planes y proyectos de vida que se ven truncados por diversas causas, el divorcio es una perdida la cual se va superando con el tiempo dependiendo de cada persona y la razón por la cual se llegó a la separación, pero es más difícil cuando hay hijos . Ellos son las principales víctimas, ya que se rompe toda la estabilidad en su vida.
Cuando son pequeños se acostumbran a la convivencia con ambos padres aunque en un alto porcentaje la madre es la que los acompaña más tiempo, aun así alcanzan a percibir la ausencia de uno de sus progenitores.
Asi mismo cuando son más grandes y ya hubo más tiempo de convivencia se ven afectados y lo manifiestan de diversas formas: como el llanto, rabia, tristeza, inseguridad, miedo, irritabilidad, alteraciones en el sueño, trastornos de conducta y de personalidad.
Cabe mencionar que es más severo el daño cuando se da violencia durante el proceso de divorcio, o llega a cambiar de residencia alguna de los padres. Asimismo los hijos se sienten abandonados y culpan de la separación a quien asume la custodia del menor; además tienen la fantasía de que sus padres algún día estarán juntos de nuevo.
Por lo tanto es muy importante que los padres durante el proceso de divorcio, lo hagan con madurez evitando peleas y agresiones:
-Deben hablar claramente con los hijos de acuerdo a su edad, sobre la situación que están viviendo insistiendo en que la culpa no es suya y que ambos padres los aman y siempre estarán para ellos y no los abandonaran, explicando que ya no vivirán juntos como pareja.
-Evitar enfrentamientos y peleas, y realizar pasatiempos y actividades que a los niños les gusten para que puedan sacar todo el enojo y logren sentirse seguros en su nueva vida.
-Mantener contacto con las maestras en escuela de los niños para informar de la situación y motivar al alumno reforzando sus aprendizajes.
-Evitar tomar a los hijos como rehenes y jamás hablar mal el uno del otro con el niño ya que el niño o niña aman a ambos padres.
-Ambos padres deberán sentarse con sus hijos y alentarlos a hablar de lo que piensan y sienten porque generalmente llegan a culpar a sus padres o a uno de ellos de lo que sucede en sus vidas y deben estar preparados para apoyar a sus hijos y abordar sus preocupaciones.
PSICOLOGA MA. ESTHER SIGALA RIVERO
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